Mientras los cometas se mueven por sus órbitas, dejan tras de sí un chorro de "desperdicios" de polvo y material rocoso liberado de los hielos que se vaporizan por el calor solar. Si la Tierra cruza la órbita de un cometa, estos restos ocasionan un aumento en el número de meteoros que la alcanzan; son las típicas lluvias de meteoros. Durante las lluvias de meteoros, éstos parecen radiar de un determinado punto en el cielo, pero se trata de una ilusión óptica. Los meteoros que producen las lluvias e mueven esencialmente en trayectorias paralelas, pero a causa de la perspectiva (las líneas paralelas parecen encontrarse en el infinito), estas trayectorias paralelas parecen provenir de un punto cuando son observadas desde un determinado lugar de la superficie de la Tierra.
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